¿Cuánto Riesgo Estás Dispuesto a Asumir? Guía para Inversores Inteligentes
#17 - Cómo encontrar el balance entre seguridad y rentabilidad
“If you are not willing to risk the unusual, you will have to settle for the ordinary.”
Jim Rohn
Directo al Punto:
📈 Riesgo y retorno: Mayor riesgo puede ofrecer mayor retorno, por ejemplo invirtiendo en acciones small caps.
🎯 Diversificación: Repartir inversiones reduce la volatilidad y compensa pérdidas.
💧 Liquidez: Activos líquidos permiten vender fácilmente, los ilíquidos pueden generar pérdidas.
🛡️ Carteras balanceadas: Adaptar las inversiones a tu tolerancia al riesgo es esencial para el éxito a largo plazo.
⚖ ¿Mayor Riesgo, Mayor Recompensa? Un Análisis de las Clases de Activos
Al analizar las principales clases de activos de inversión, se refuerza la idea de que existe una relación directa entre el riesgo asumido y el rendimiento potencial. Un ejemplo claro de esto puede observarse en los datos históricos de EE. UU. entre 1926 y 2017, donde las acciones de pequeña capitalización (small caps) presentaron tanto los rendimientos promedio más altos como la mayor volatilidad. Las acciones de pequeña capitalización son aquellas emitidas por empresas con un valor de mercado relativamente bajo, generalmente inferior a los $2,000 millones. Debido a que estas acciones representan empresas más pequeñas y menos establecidas que las grandes compañías, tienden a ser más volátiles, pero ofrecen un mayor potencial de crecimiento a largo plazo. En el otro extremo, los bonos del Tesoro (T-bills), una inversión de bajo riesgo, ofrecieron rendimientos más bajos, pero con una estabilidad mucho mayor.
Este patrón de mayor rendimiento con mayor riesgo no se limita a los EE. UU.; se repite en los mercados internacionales. Las clases de activos que ofrecen los mayores retornos tienden a experimentar también las fluctuaciones más amplias. En el caso de las acciones estadounidenses, los rendimientos anuales han mostrado variaciones extremas, desde pérdidas superiores al 40% hasta ganancias superiores al 50%. Sin embargo, al ajustar estos rendimientos por inflación, los retornos reales son más estables. Por ejemplo, los T-bills generaron un rendimiento real modesto de aproximadamente 0.5%, mientras que las acciones de gran capitalización lograron cerca de un 7.3%.
Es importante notar que, aunque muchos inversores evalúan sus decisiones basándose en el rendimiento esperado y la volatilidad (varianza), esta es una simplificación que ignora ciertos comportamientos clave del mercado. Los rendimientos de las inversiones no siguen una distribución normal, sino que presentan sesgos negativos (mayor riesgo de pérdidas grandes) y una mayor probabilidad de desviaciones extremas, tanto positivas como negativas. Este tipo de riesgo adicional debe considerarse en cualquier análisis.
🧠 El poder de la diversificación en la construcción de una cartera equilibrada
Uno de los métodos más efectivos para minimizar el riesgo en una cartera de inversiones es a través de la diversificación. Al distribuir los fondos en diferentes clases de activos (como acciones, bonos, bienes raíces y commodities), se reduce la volatilidad total, ya que estos activos tienden a reaccionar de manera diferente ante los eventos del mercado. Cuando un tipo de inversión tiene un mal desempeño, otro activo en la cartera puede estar generando rendimientos positivos, compensando las pérdidas.
Por ejemplo, una cartera diversificada puede incluir un 50% en acciones de gran capitalización, un 30% en bonos del Tesoro, y un 20% en inversiones alternativas como bienes raíces o commodities. En este escenario, si el mercado de acciones tiene una caída repentina, los bonos del Tesoro, que suelen comportarse de manera más estable y con menor correlación con las acciones, podrían ayudar a equilibrar las pérdidas, manteniendo la volatilidad total de la cartera en un nivel manejable.
Además, la diversificación no se limita solo a clases de activos; también es posible diversificar dentro de una misma clase. Por ejemplo, al invertir en acciones, es recomendable tener una mezcla de acciones de gran capitalización (menos volátiles) y acciones de pequeña capitalización (más volátiles, pero con mayor potencial de crecimiento), lo que suaviza el impacto de las fluctuaciones extremas. La clave es construir una cartera que refleje tanto la tolerancia al riesgo como los objetivos financieros a largo plazo del inversor.
🚨 El Riesgo de Activos con Baja Liquidez
Además del riesgo y el retorno, otro factor relevante es la liquidez de los activos. La liquidez, o la facilidad con la que un activo puede comprarse o venderse sin afectar significativamente su precio, puede tener un impacto considerable en su rendimiento esperado. En mercados donde la liquidez es alta, como el de las acciones de grandes empresas, los inversores pueden entrar y salir de posiciones rápidamente, asegurando que puedan aprovechar oportunidades o limitar pérdidas. Por otro lado, en mercados menos líquidos, como en el caso de algunas acciones de pequeña capitalización o bonos corporativos de baja calidad, puede ser difícil vender activos a un precio justo, especialmente en momentos de alta volatilidad.
Por ejemplo, imagina que un inversor posee acciones de una empresa emergente que no se comercian con frecuencia. Si el mercado se torna negativo y el inversor desea vender sus acciones rápidamente, podría enfrentarse a la situación en la que no hay suficientes compradores dispuestos a pagar un precio razonable. Esto podría resultar en la venta de sus acciones a un precio mucho más bajo del esperado, lo que puede causar pérdidas significativas. En cambio, si el mismo inversor tuviera acciones de una empresa muy negociada, podría venderlas en cuestión de minutos, asegurando que obtenga un precio cercano al valor de mercado.
🎯 En pocas palabras
Entender la relación entre riesgo y rendimiento, la importancia de la diversificación y el impacto de la liquidez en las inversiones es esencial para cualquier inversor inteligente. No se trata solo de maximizar ganancias, sino de construir una cartera equilibrada que se alinee con tus objetivos financieros y tu tolerancia al riesgo. Invertir sabiamente implica conocer las características de los diferentes activos y estar preparado para gestionar tanto las oportunidades como los desafíos del mercado. Al combinar una estrategia bien fundamentada con disciplina y paciencia, estarás mejor posicionado para alcanzar el éxito a largo plazo